El amo de la viña y los viñadores

Elementos relacionados

    Queridos diocesanos: En la parábola que Jesús pone en este domingo para explicarnos a que se parece el reino de Dios aparecen tres tipos de protagonistas: 

    • Hay un amo que contrata viñadores para que trabajen en su viña.
    • Hay unos viñadores que son contratados unos a primera hora del día y otros a última hora
    • Y hay una viña que cultivar.

    Si aplicamos esta parábola a nosotros, los creyentes de hoy, podemos traducirla de esta forma:

    Dios nos llama a todos a trabajar en la Iglesia, que es la viña del Señor, porque todos, por el hecho de estar bautizados, somos responsables de la evangelización del mundo que nos ha tocado vivir, que es el encargo que tiene la Iglesia, ir por el mundo llevando y comunicando el mensaje salvador de Cristo a los hombres.
    Dios llama siempre y los cristianos deberíamos responder y trabajar por este fin: la evangelización del mundo.
    Entre los cristianos hay quien escuchó la llamada del Señor y le respondió positivamente desde el principio, y está poniendo, desde hace mucho, todo lo que está en su mano para dar a conocer a Jesucristo y que los hombres y mujeres de nuestro tiempo se encuentren con Él.

    Otros se hicieron más los remolones y, después de planteárselo varias veces, al fin se decidieron a ofrecerse para trabajar en la Iglesia. 

    Y hay otros, tal vez demasiados, que aún no se han decidido ni por vivir ellos las exigencias de su bautismo, ni por ser ellos causa y motivo para que otros crean.

    A todos esos, el Señor, como a aquellos obreros de última hora, se dirige personalmente para decirles: ¿Qué hacéis todo el día en la plaza ociosos? Id a trabajar a mi viña.

    El Señor tiene mucha paciencia con nosotros. Espera un día y otro. Llama a la puerta de nuestro corazón y de nuestra alma para decirnos «id a trabajar a mi viña» y nosotros le contestamos tal vez mañana, y mañana el Señor vuelve a decirnos «¿Qué hacéis ociosos?, id a trabajar a mi viña» y nosotros al día siguiente le decimos lo mismo.

    • ¿Qué hacéis ahí ocupados en vuestras cosas, prescindiendo de mí, y buscando solo lo material?
    • ¿Qué hacéis ahí ociosos y sin responder a lo que pide vuestra condición de cristianos?
    • ¿Qué hacéis ahí sin dar testimonio de mí para que otros puedan descubrirme y amarme como yo os amo a vosotros y a ellos?

    En la iglesia hay mucha tarea, necesito personas que quieran vivir de verdad su fe y ser testigos de ella ante los demás y para los demás, en la familia, en el trabajo, en las relaciones de unos con otros, en la política, en el mundo de los intelectuales y profesionales, en el mundo de la enseñanza.

    El Señor nos sigue dando otra oportunidad de responderle para poder pagarnos con la felicidad y la bienaventuranza eterna. ¿Estás dispuesto a decirle: aquí estoy, Señor, cuenta conmigo y comenzar a trabajar en su viña?

    Piénsalo este domingo cuando oigas esta parábola o desde ahora y piensa qué vas a responder al Señor, si como siempre que sean otros, o, en esta ocasión, ya te vas a decidir y vas a decirle que cuente contigo para evangelizar la familia y ser testigo de su fe en Él donde quiera que te encuentres y con quien quiera que gastes tu vida.

    Feliz domingo para todos.

    + Gerardo
    Listado completo de Cartas