¡Feliz año 2019 para seguir madurando!

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    Hace solo 20 días que comenzábamos un año nuevo, el 2019.

    Un año nuevo es una nueva etapa en nuestra vida que debe servirnos para seguir madurando humana y cristianamente.

    Cada vez que comenzamos una nueva etapa sentimos que algo grande se abre ante nosotros y que debemos aprovecharlo para cambiar todo cuanto aún tenemos de negativo en nuestra vida y comenzar o aumentar la vivencia positiva de aquellos aspectos en los que no hemos logrado avanzar suficientemente.

    Al terminar la etapa anterior, el 2018, fuimos conscientes de que teníamos algunos campos en los deberíamos avanzar para lograr ser personas maduras y, especialmente, para ser verdaderos seguidores de Jesús.
    Por eso, al comenzar un año nuevo debemos preguntarnos sobre lo que tenemos que quitar de nosotros y qué tenemos que cultivar mucho más para lograr ser verdaderamente esas personas maduras y esos cristianos auténticos que siempre hemos deseado. Para ello, necesitamos saber y ser conscientes de lo que nos falta de positivo y lo que nos sobra de negativo.

    Un año más no puede ser algo que viene y se va sin haber producido los frutos que cada uno debe dar, pero es necesario que al comienzo del mismo tengamos claro lo que queremos; lo que nos gustaría conseguir este año como personas: los defectos que queremos quitar de nuestra vida, de nuestra persona, los valores que queremos adquirir durante el año para ser cada día más y mejor personas buenas, maduras, libres y responsables.

    Al comenzar un año nuevo debemos preguntarnos sobre lo que tenemos que quitar de nosotros y qué tenemos que cultivar mucho más para lograr ser personas maduras y cristianos auténticos

    Y, si esto es necesario a nivel humano y como personas, lo es mucho más a nivel cristiano y creyente, porque la fe y la vida cristiana podemos arrinconarla y olvidarnos de ella sin darnos cuenta. Es necesario que desde lo que ha sido nuestra vida cristiana hasta ahora, nos tracemos un proyecto cristiano para avanzar como discípulos del Señor y como testigos de nuestra fe donde quiera que nos encontremos y con quien quiera que vivamos.

    Seguro que en este camino de seguir más de cerca al Señor, Él nos está pidiendo que le hagamos más hueco en nuestra vida, que sea para nosotros mucho más importante de lo que ha sido hasta ahora, dejando de dar tanta importancia a las demás cosas y dando mucha más importancia a Él y su mensaje.

    Seguro que en nuestra vida hemos dejado entrar todo eso que no nos ha hecho felices y nos ha dejado vacíos. A veces no hemos dejado entrar a Dios en nuestra vida.

    Este año puede ser un año en el que tengamos que cultivar mucho más la relación con Él; un año en el que le dejemos entrar de verdad en nuestra vida para que Él nos transforme; un año en que tomemos mucho más en serio nuestra fe, la vivamos, la cultivemos y la alimentemos en el trato con Él, en los sacramentos.

    Hagamos nuestro proyecto humano y cristiano para este año y seguro que cuando termine nos vamos a sentir mucho mejor, mucho más satisfechos de haberlo vivido así.

    En nuestra vida ha habido muchas cobardías para manifestarle a Él y su mensaje. Esas cobardías nos están reclamando ser sus testigos en medio de este mundo tan necesitado de testigos valientes que griten a los hombres de hoy que merece la pena enamorarse de Jesús y seguirle porque, como decía santa Teresa: «Quien a Dios tiene nada le falta, solo Dios basta».

    Hagamos nuestro proyecto humano y cristiano para este año y seguro que cuando termine nos vamos a sentir mucho mejor, mucho más satisfechos de haberlo vivido así, que si nos dejamos llevar por otros atractivos, efímeros y pasajeros. ¡Feliz año 2019!

    + Gerardo Listado completo de Cartas