La Diócesis

El día 4 de febrero de 1980, por la Bula Constat Militarium, ejecutada por el Nuncio Apostólico Mons. Innocenti, el día 5 de marzo de 1981, Su Santidad el Papa Juan Pablo II elevó a Diócesis, sufragánea de Toledo, la Prelatura Cluniense o Priorato de las Órdenes Militares. Le dio el nombre de Dioecesis Civitatis Regalensis. Y nombró como primer obispo al entonces Prelado Cluniense Mons. D. Rafael Torija de la Fuente, que queda desvinculado de la Iglesia titular de Dora, pero conserva el título de Prior de las Órdenes Militares, por razones históricas.

La misma Bula eleva a Iglesia Catedral la antes Prioral de Santa María del Prado, y el Cabildo Prioral a Catedral, sin prejuzgar sus vínculos honoríficos con las Órdenes Militares.

La promulgación solemne de la Bula tuvo lugar en la Catedral, el día 19 de marzo de 1981.

El territorio de la Diócesis, como el de la antigua Prelatura, coincide con el de la provincia de Ciudad Real. Mide 19.813 kilómetros y alberga una población de 502.578 habitantes.

Es patrono de la Diócesis Santo Tomás de Villanueva.

La Prelatura Cluniense o Priorato Nullius Dioeceseos de las Órdenes Militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa (que son las Órdenes Militares Españolas), fue creada por Su Santidad el papa Pío IX, mediante las Letras Apostólicas Ad Apostolicam, de 18 de noviembre de 1875, ejecutadas por el cardenal Moreno, arzobispo de Toledo, el 15 de mayo de 1876, y promulgadas solemnemente en Ciudad Real, el 4 de junio de 1876, domingo de Pentecostés.

El territorio de este Priorato formaba un «coto redondo», es decir, un territorio continuo, que sustituía a los diseminados por la geografía nacional y enclavados en distintas diócesis, en los que, antes, ejercían su jurisdicción las Órdenes Militares Españolas.

Gobernaba esta circunscripción un Prior nombrado por el Rey, Administrador de las Órdenes Militares. Prior que era investido del carácter episcopal, por nombramiento pontificio, con el título de Obispo de Dora, unido perpetuamente al cargo de Prior. El elegido debía ser miembro de una de las Órdenes Militares o ingresar en ella si no lo era. A partir del Concordato de 1953, el nombramiento del Obispo-Prior seguía el trámite común para todos los Obispos diocesanos españoles.

El gobierno del Priorato era similar al de las diócesis españolas. Y, durante la vacante de la Sede, era ejercido por el Vicario General y no por un Vicario Capitular.

Como tribunal de apelación, actuaba el de las Órdenes Militares. Y, últimamente, el de la Rota de la Nunciatura.

El Prior tenía su sede en Ciudad Real, en la Iglesia de Santa María del Prado (antes, parroquia del mismo nombre), consagrada el 26 de mayo de 1967, y declarada Basílica Menor el 25 de febrero del mismo año.